La saga X-Men se caracteriza por no seguir un
orden temporal fijo, añadiendo secuelas y precuelas según las necesidades del
momento.
Tras la trilogía original se estrenó la primera
precuela, X-Men Origenes: Lobezno, ambientada antes de la primera X-Men,
seguidamente se daría un salto temporal mayor con X-Men: Primera Generación, que nos traslada a los años 60 en la
juventud de Charles Xavier y Magneto con un reparto totalmente renovado.
El siguiente film, Lobezno Inmortal, transcurre de nuevo en el presente tras la
trilogía original, seguidamente llega el mayor lío para los no familiarizados
con este universo.
La siguiente película estrenada, X-Men: Días del futuro pasado, funciona
tanto como secuela de la trilogía original como de la nueva saga, en su reparto
cuenta con los actores de ambas y está ambientada en los años 70 y en un futuro
próximo. Esta película sirve para reescribir la línea temporal a seguir de
aquí en adelante en el universo cinematográfico de los X-Men.
Haciendo uso de un viaje temporal se altera el
pasado y se cambia la línea a seguir, dejando la trilogía original y las dos
primeras películas de Lobezno como una línea temporal alternativa
que nunca llegó a suceder, marcando el inicio de la nueva realidad que seguirá
con X-Men Apocalípsis.
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